Título original: The Road to El Dorado.
Año: 2000.
País: Alemania, Estados Unidos.
Dirección: Eric Bibo Bergeron, Will Finn, Don Paul, David Silverman.
Guión: Terry Rossio, Ted Elliot.
Reparto: Kenneth Brannagh, Kevin Kline, Rosie Pérez, Edward James Olmos, Armand Assante, Jim Cummings, Frank Welker.
Duración: 89 minutos.
Miguel y Tulio son son caraduras españoles que con sus dados trucados consiguen un mapa para llegar a El Dorado, una ciudad escondida en México que guarda grandes riquezas en oro. Hacia allí se dirige Cortés, un bravucón descubridor español, también, y en uno de los barcos de su expedición acaban prisioneros los dos protagonistas.
La ayuda del caballo Altivo, perteneciente a Cortés, hará que puedan salir del barco para huir de regreso a España en un bote y ambos acabarán en medio del océano sin saber a dónde remar con el caballo como peculiar compañero de batallas.
Así, llegarán a una isla y los tres descubrirán El Dorado gracias a que unos indígenas les atrapan cuando iban a buscar a una chica de nombre Chel que se había llevado una pieza de oro. Miguel y Tulio se convertirán en dioses de repente y la hospitalidad del jefe de la ciudad chocará con la del brujo Tzekel-Kan que pretende que los dioses empiecen algún sacrificio como dictan las sagradas escrituras que tan al pié de la letra sigue.
Chel se interpondrá entre Miguel y Tulio que empiezan a tener intenciones diferentes respecto a lo que desean hacer, si llevarse el oro y volver a España o quedarse en El Dorado. Y mientras, Cortés se aproxima a la ciudad y el brujo intenta demostrar que de dioses tienen nada.
«La Ruta Hacia el Dorado» fue una de las primeras películas de animación marca Dreamworks y no innovó nada ya que incluía canciones varias, como solían hacer las de Disney, y la animación era normalita. Pero, sin ser una de las maravillas del género, es una aventura muy amena con bastantes toques graciosetes para pasar un buen rato.