No Profanar el Sueño de los Muertos: Terror de serie B muy bien hecho

Poster de No Profanar el Sueño de los Muertos

Título original: Non si Deve Profanare il Sonno Dei Morti.
País: Italia, España.
Año: 1974.
Director: Jorge Grau.
Guión: Sandro Continenza, Marcello Coscia.
Reparto: Cristina Galbó, Ray Lovelock, Arthur Kennedy, José Lifante, Jeannine Mestre, Gengher Gatti, Aldo Massasso, Giorgio Trestini.
Duración: 93 minutos.

En una gasolinera remota de Inglaterra Edna Simmonds (Cristina Galbó) choca su coche sin querer contra la moto de George Meaning (Ray Lovelock). Ella iba camino de ver a su hermana Katie (Jeannine Mestre), quien parece tener problemas,  y él a un comprador interesado en antigüedades ya que es vendedor de las mismas. Acabarán compartiendo el coche de ella a la fuerza y decidirán que una vez Edna esté en casa de su hermana, George se lleve el coche a su destino.

Ray Lovelock y Cristina Galbó en No Profanar el Sueño de los Muertos

Pero la casa de Katie y de su marido Martin (José Lifante) no se encuentra tan fácilmente en un lugar en medio de la nada, por lo que George va a preguntar y se encuentra con unos tipos que utilizan ultrasonidos para eliminar a los bichos de los campos de cosechas. Mientras George se entera de cómo ir al destino de Edna, a esta se le aparece un hombre con los ojos inyectados en sangre y completamente mojado que intenta matarla.

Ese hombre será el primero de los muertos vivientes que se les aparezca y que les ponga en aprietos, casi los mismos, aunque más diabólicos, que en los que les pondrá el Inspector (Arthur Kennedy) de la policía asignado al caso de asesinato de Martin del cuál George acaba siendo el principal sospechoso sin comerlo ni beberlo solamente porque su pelo largo y su forma de vestir no le gustan nada al policía, que se cree más listo que nadie y que cuando escucha la posibilidad de que en el pueblo haya muertos vivientes no puede tomárselo más que a risa.

«No Profanar el Sueño de los Muertos» será una coproducción pero desde su estreno se convirtió en una de las películas del llamado «Spanish Horror», es decir, el cine de terror español, más conocidas y valoradas, tal vez. Será considerada de serie B pero ciertamente es un largometraje de factura impecable. Miedo no da, a mí al menos, pero las escenas que pretenden provocarlo están muy bien llevadas a cabo. Hablamos de una película del año 1974 cuyos efectos especiales se basan en vísceras, sangre y miembros amputados que algo pueden dar el cante en pleno siglo XXI, pero no mucho.

Arthur Kennedy en No Profanar el Sueño de los Muertos

Sí, el largometraje de Jorge Grau tiene su parte gore pero lo que prima es un guión sólido con una historia que no pierde su sentido en ningún momento, sabiendo perfectamente lo que quiere contar y cómo; pero también una fantástica fotografía, una música y unos efectos de sonido que acompañan a la perfección y un paisaje que acaba siendo un personaje más en ocasiones, con esas carreteras y campos tan típicos de la campiña inglesa, y es que «No Profanar el Sueño de los Muertos» grabó en Inglaterra sus exteriores.

La tensión necesaria la tiene la película que también aprovecha el guión para hacer determinadas críticas y los protagonistas cumplen en sus respectivos papeles: Cristina Galbó como la damisela en apuros, Ray Lovelock como el chico guapo que de repente tiene que ser el héroe de la historia y Arthur Kennedy como el despreciable jefe de policía.

Fotograma de No Profanar el Sueño de los Muertos

Me ha sorprendido gratamente y, si os gustan las películas de miedo y unas cuantas «vísceras» no os molestan, es recomendable.

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