Título original: Finding Dory.
País: Estados Unidos.
Año: 2016.
Director: Andrew Stanton, Angus McLane.
Guión: Andrew Stanton, Victoria Strouse.
Reparto: Ellen DeGeneres, Albert Brooks, Hayden Rolence, Ed O’Neill, Kaitlin Olson, Ty Burrell, Diane Keaton, Eugene Levy, Idris Elba, Dominic West, Sigourney Weaver.
Duración: 97 minutos.
La pequeña Dory se pierde y no logra encontrar a sus padres. Como su memoria a corto plazo no va nada bien y se olvida de las cosas, pronto se olvida de lo que está buscando. El tiempo pasa, Dory crece y se encuentra con Marlin a quien ayuda a encontrar a su hijo Nemo aunque eso supongo tener que cruzar el océano entero.
Un año después de su aventura, Dory empieza a recordar lo que le gustaba de pequeña, dónde vivía y, lo más importante, a sus padres Jenny y Charlie, por lo que se dispone a buscarles. Marlin no está muy convencido pero acabará ayudando a su amiga al igual que su hijo Nemo. así llegarán hasta el otro lado del océano de nuevo, a California, donde su camino se separa a la fuerza ya que a Dory la capturan y la llevan a una institución de vida marina especialista en recuperación de animales, que hace las veces de acuario.
Dory se reencontrará con antiguos amigos como la tiburón Destiny y hará nuevos, como el pulpo Hank, que la ayudarán en su odisea de encontrar a sus padres. Mientras sus amigos Marlin y Nemo vivirán su propia odisea también para lograr rescatar a su amiga.
Trece años después de «Buscando a Nemo» (Finding Nemo) nos llega su secuela, una aventura aún más épica que su predecesora en la que la robaescenas Dory vuelve a hacer de las suyas. Hay flashbacks que nos muestran los orígenes de Dory, adorable de pequeñina, para que veamos de dónde viene y cómo llegó a encontrarse con Marlin, no solo a principio del filme, sino durante casi todo el metraje.
Es una muy buena película, y muy bonita, en la que Pixar vuelve a meternos en un océano de un azul claro espectacular y de un colorido fantástico para sacarnos de él ya que el grueso del metraje se desarrolla fuera del mismo. Los personajes nuevos son realmente buenos, en especial Hank, un pulpo que se mimetiza con todo tipo de objetos que da gusto, o la beluga Bailey, que, salvando las distancias, es como la Machine de la serie «Person of Interest»; y la aventura es entretenida de principio a fin, teniendo un final magnífico.
Pero «Buscando a Dory» también es educativa y, como no, toca la fibra sensible en varias ocasiones, que eso en las películas de la factoría Pixar es algo que no puede faltar, los buenos sentimientos y alguna escena triste.
Me ha gustado mucho, tal vez incluso más que «Buscando a Nemo», que es una de mis películas preferidas de Pixar. Por cierto, la película no acaba cuando pone «fin» en pantalla, sino tras los títulos de crédito. Estos están protagonizados en parte por Hank, en una especie de «¿Dónde Está Wally?», y después hay un gran homenaje a la primera película.
He leído en Internet que en Estados Unidos algunos ya piden que nominen a Ellen DeGeneres al Oscar por su trabajo poniendo voz a Dory, en España el trabajo de Anabel Alonso ha vuelto a ser impecable así que los Goya deberían tomar buena nota.
Muy, muy recomendable.