El doctor Peter Quint (Henry Ian Cusick) trabaja a contrareloj para lograr, gracias a una medusa inmortal, salvar a sus hijos quienes, al igual que su mujer, en estado comatoso, son portadores de un virus letal. No es él el único interesado en encontrar una cura, ya que su antigua jefa Masterson (Kathleen Quinlan) busca también una para su marido. Con la ayuda nada desinteresada de Charlie (Jenna Harrison) una amiga y excompañera en los laboratorios de Masterson, Peter luchará contra las probabilidades de éxito.
Lo mejor de “Chimera” es, sin lugar a dudas, su protagonista, Henry Ian Cusick tiene tal presencia y carisma que te crees su personaje desde el principio, aunque Kathleen Quinlan también lo hace muy bien. No está nada mal realizada la película, visualmente está bastante bien, pero su trama, aunque bien desarrollada, resulta algo pesada por culpa, principalmente, de tanta explicación científica.
Sin más, aunque como primer largometraje de Maurice Haaems es innegable que dirigir, sabe.