Título original: Mekulalim.
País: Israel.
Año: 2018.
Director: Evgeny Ruman.
Guión: Yoav Shoten-Goshen, Ayelet Gundar-Goshen, Irad Rubinstain.
Reparto: Amit Rahav, Daniel Gad, Nimrod Hochenberg, Eli Muallem, Abir Chadad, Paul Farach, Neri Assaf.
Duración: 81 minutos.
Tres soldados israelíes, uno de ellos con la tarea de grabarlo casi todo, van por el desierto en una misión de reconocimiento a priori sencilla ya que trata de explorar parte de una zona y volver al campamento para reunirse con los demás. Nada vuelve a ser igual desde que encuentran una cueva con unas pinturas bastante extrañas, cueva por la que acabarán pasando varias veces cuando sin agua, ni comida, ni radio, se den cuenta de que están más que perdidos. Y ese sentimiento, precisamente, es más su perdición que el perro al que encuentran varias veces o el niño que aparece y desaparece de la nada.
“The Damned” nos lleva a un recóndito pero extenso lugar en el que no hay nada más que un paisaje pedregoso compañero de viaje de los tres protagonistas, unos tipos estereotipados que hacen la función de el líder, el idiota de turno a quien deseas lo peor desde casi el principio, y el anti héroe algo enclenque que es el protagonista en realidad porque lo vemos todo prácticamente a través de sus ojos.
¿Hay algo ahí fuera con ellos o no? Nada se explica al respecto en este largometraje, algo extraño hay pero me quedo con la parte psicológica del filme, de hecho puede encuadrarse en el género de terror psicológico aunque sea más de suspense para mi gusto, la que me lleva a pensar que el cansancio sumado al calor, la falta de agua y de comida y la desesperación guardada en el interior de cada uno hace a los protagonistas mucho más mal que lo que se les aparece, males todos que les noquean la cordura totalmente.
Creo que “The Damned” es un filme bien hecho, con una fotografía buena y un ritmo adecuado que logra el propósito de enganchar. Me resultó entretenido, la verdad.
Diario de una Cinéfila 