Lucy Muir (Gene Tierney) se muda con su hija Anna (Natalie Wood de niña, Vanessa Brown de mayor) y su asistenta Martha (Edna Best) a la costa sur inglesa al año de quedarse viuda para alejarse de su suegra y cuñada y poder rehacer su vida. Pese a las reticencias del dueño de la inmobiliaria, el señor Coombe (Robert Coote), alquila una casa que perteneció al capitán de barco Daniel Gregg (Rex Harrison) cuyo fantasma atormenta a todo aquel, o aquella, que ose poner un pie en su morada. Pero Lucy es cabezota y no piensa moverse de allí y el fantasma Daniel, a pesar de su rudeza inicial, no tarda en cogerle cariño. Pero enamorarse de un fantasma no entra en los planes de la mujer, a quien acosará (literal) un hombre llamado Miles Fairley (George Sanders) a quien ella pondrá ojitos también por el simple hecho de ser algo real en comparación con su fantasma. Porque Daniel y Lucy no pueden vivir una historia de amor… ¿O sí?
Basada en la novela del mismo título escrita por R.A. Dick, «El Fantasma y la Señora Muir» es un cuento romántico con dos protagonistas que viven en el mismo mundo pero que no se pueden tocar, lo que no quita que haya tensión sexual no resuelta por doquier generada no sólo en el guión, que tiene bastante ironía, sino también por la química que desprenden Gene Tierney y Rex Harrison en sus escenas.
No está nada mal este filme de Joseph L. Mankiewicz, me ha gustado.
Diario de una Cinéfila 