Título original: On the Waterfront.
País: Estados Unidos.
Año: 1954.
Director: Elia Kazan.
Guión: Budd Schulberg, Malcom Johnson, Robert Siodmak.
Intérpretes: Marlon Brando, Karl Malden, Eva Marie Saint, Lee J. Cobb, Rod Steiger, John F. Hamilton, Pat Henning, Leif Erickson, James Westerfield.
Duración: 108 minutos.
Terry Malloy (Marlon Brando) es un joven que trabaja de estibador en el puerto de Nueva Jersey y que a veces hace recados para Johnny Friendly (Lee J. Cobb), el jefe del sindicato de trabajadores del puerto. Terry ayuda a dos de los hombres de Friendly a dar con un chico que acaba muerto y cuando conoce a la hermana del mismo, Edie (Eva Marie Saint), y al padre Barry (Karl Malden) empezará a pensar en hacer el bien frente a lo que le pueda ocurrir. Y es que su jefe es un mafioso que hace las cosas a su manera y si alguno de los estibadores va contra él o pone una queja externa, aplica medidas extremas.
Muchos callan, todos en realidad, porque necesitan el trabajo y/o porque temen a su patrón, a quien no le gustan los soplones, y ahí es cuando entra Edie en juego dispuesta a que la muerte de su hermano no quede en una más. El padre Barry no tiene miedo y simplemente quiere que los trabajadores entren en razón y como Terry inicia una relación con la chica, este acabará entendiendo que dar un paso al frente puede cambiar mucho las cosas siguiendo su ejemplo y el del sacerdote.
«La Ley del Silencio» se llevó ocho premios Oscar de doce nominaciones totales (película, director, actor, actriz de reparto, guión o cinematografía, entre otros), además de servir para que algún Johnny Friendly real acabara expulsado. El filme habla de los tejemanejes de quienes se creen poderosos haciendo las veces de matones y aprovechándose de quienes necesitan dinero para vivir, así como de atreverse a dar el paso a hacer lo correcto.
La historia es de las buenas y las interpretaciones también, con un Brando en estado de gracia con otro de esos personajes atormentados que hacía; un gran debut de Eva Marie Saint en la pantalla grande que tiene química con Brando; y un inmenso Karl Malden.
Un clásico muy, pero que muy recomendable, y una de los grandes títulos de los cincuenta sin lugar a dudas.