Título Original: The Beaver.
Año: 2011.
Nacionalidad: Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos.
Director: Jodie Foster.
Guión: Kyle Killen.
Reparto: Mel Gibson, Anton Yelchin, Jodie Foster, Jennifer Lawrence, Riley Thomas Stewart, Cherry Jones.
Duración: 90 minutos.
«El Castor» es la historia de Walter Black (Mel Gibson) un tipo que parecía tenerlo todo pero que entró en una profunda depresión. Dejó de ser marido y padre por lo que su esposa Meredith (Jodie Foster) decidió mandarle a paseo y echarle de casa. Así, tras un patético intento de suicidio que sale mal, claro, Walter empieza a tener una especie de doble personalidad y es que previamente había rescatado de la basura una marioneta de peluche con forma de castor.
Si Tom Hanks en «Náufrago» (Cast Away) se sirvió de una pelota, el señor Wilson, para que le hiciera compañía en la isla desierta donde se desarrollaba casi toda la película, la prolongación del brazo derecho de Walter en este filme es quien pone voz a sus problemas y de una forma u otra le da ánimos para que reaccione y es a través de ella como el hombre vuelve a interactuar con las personas.
Walter vuelve a su casa con la marioneta y una nota de una supuesta prescripción médica y al principio Meredith se lo toma bastante bien, y a Henry (Riley Thomas Stewart), su hijo pequeño, le hace gracia la marioneta y volver a hacer cosas con su padre. El contrapunto es el hijo mayor del matrimonio, Porter (Anton Yelchin), que pasa mucho de su padre y apunta en su habitación los defectos que le sacan de quicio de s progenitor para no parecerse a él nunca.
El castor ayuda a Walter, lo pone de nuevo cerca de su familia, hace que la empresa de juguetes que dirige vuelva a tener éxito… Pero lo que en un principio parecía una terapia nada dañina cambia y el castor posee a Walter.
El filme no solo se centra en la figura del deprimido protagonista, sino en la de Porter y su amiga Norah (Jennifer Lawrence) quien tiene un trauma que no ha sdo capaz de superar.
«El Castor» es un drama que presenta a un hombre destrozado cuyo remedio es peor que la enfermedad que padece. En apenas hora y media se pasa por tres fases en la vida de Walter Black que se explican mediante una voz en off sea antes o después de varias escenas.
No se puede decir que sea una mala película, y tal vez es de esas que haya que revisionar para darle un mayor sentido, pero particlarmente no me ha gustado demasiado. Mel Gibson está muy bien en su papel, y Anton Yelchin sigue demostrando lo buen actor que es (para quien quiera descubrirle le recomiendo la serie «Huff»), pero el filme me ha resultado aburrido, tal vez porque no logró engancharme a la historia desde el principio.