Título original: Doctor Zhivago.
País: Estados Unidos, Italia, Reino Unido.
Año: 1965.
Director: David Lean.
Guión: Robert Bolt.
Reparto: Omar Sharif, Julie Christie, Geraldine Chaplin, Rod Steiger, Ralph Richardson, Tom Courtenay, Alec Guinness, Siobhan McKenna, Tarek Sharif, Rita Tushingham.
Duración: 185 minutos.
El general ruso Yevgraf Andréyevich Zhivago (Alec Guinness) cree haber encontrado a la hija de su hermanastro, el poeta y doctor Yuri Zhivago (Omar Sharif), y a ella le cuenta la historia del hombre desde que siendo un niño perdió a su madre y fue criado por Anna (Siobhan McKenna) y Alexander (Ralph Richardson) Gromeko.
Ya, siendo veinteañero y estudiante de medicina, Yuri se fija en una chica, Lara (Julie Christie), amante de un abogado corrupto y mujeriego de apellido Komarovsky (Rod Steiger), que se casa con quien acabará siendo un revolucionario de tomo y lomo, Pasha (Tom Courtenay). Yuri se casará con la hija de los Gromeko, Tonya (Geraldine Chaplin) aunque su pasión por Lara quedará demostrada cada vez que ambos se encuentran.
La historia de Yuri pasa por las peticiones de los bolcheviques, la Primera Guerra Mundial, donde sirve como médico, y la Guerra Civil en la que se ve involucrado. También tendrá que decidir si seguir dándolo todo por su familia o sucumbir por el amor que siente por Lara.
Un clásico se puede considerar «Doctor Zhivago», película ganadora de cinco premios Oscar que se basa en la novela del mismo título escrita por Boris Pasternak en el año 1957 por la que el autor se llevó el Nobel de Literatura. Es larga pero se sigue bien de principio a fin sin caer nunca en lo tedioso a pesar de dedicar muchos minutos a la presentación de los personajes.
He de decir que como historia de amor a mí no me ha gustado, básicamente porque me parece muy poco romántica y no me la creo. Debería haber sido épica por los tiempos en los que se ambienta pero desde luego que no lo es. Pero como filme de época e histórico, «Doctor Zhivago» está muy bien, con una ambientación genial y una fotografía realmente fabulosa. Sí que se echa de menos algo de explicación del contexto histórico, aunque por las conversaciones de los personajes se puede deducir, sabiendo algo de historia, en qué época sucede todo, así como los años impresos en pantalla porque el tiempo pasa pero no siempre se es consciente de cuánto. Las situaciones que se van viviendo, también nos dan una muestra de cómo se vivía en la época y cómo cambiaron las cosas con el ascenso de los bolcheviques.
En lo que a interpretaciones se refiere, creo que la más reseñable es la de Rod Steiger como Komarovsky, un hombre de mala reputación que en realidad no es tan malo como lo pintan.
Ya digo que como historia de amor no, pero como película histórica sí que merece mucho la pena ver «Doctor Zhivago».
Diario de una Cinéfila 