Gru (Steve Carell en la versión original), Lucy (Kristen Wiig en la versión original) y las tres niñas acaban en casa de Dru (Steve Carell haciendo papel doble), el hermano gemelo del primero, cuando Gru y Lucy se quedan sin trabajo en la Agencia Antivillanos. Gru no tenía ni idea de que tenía un hermano gemelo, y Dru lo descubrió al morir el padre de ambos que fue un super villano en su época. Las intenciones de Dru serán que su hermano le enseñe el arte de la villanía, aunque los planes de Gru pasarán por tratar de coger de una vez por todas al villano que le costó el puesto, Balthazar Bratt (Trey Parker en el original), un tipo que vive inmerso en los años ochenta porque nunca superó la cancelación de la serie que protagonizaba cuando era un crío.
«Gru 3: Mi Villano Favorito» es la tercera parte de la saga y el filme es superior a su predecesor pero, a pesar de entretenido, tiene problemas a la hora de desarrollar las subtramas, dejando a los minion protagonizar gags que rompen con la narración (los minion son muy molones pero vaya que no se les ha incluido como parte de la historia principal) y a Lucy y a las niñas en un papel de comparsas en el que ella tiene que acostumbrarse a su papel de madre y las niñas a tener una de nuevo.
Eso sí, el villano es un robaescenas en toda regla que apela a la nostalgia de los años ochenta, cómo no, y que se convierte en el mejor personaje de toda la historia. No faltan las dosis de sentimentalismo, claro.
Entretenida sin más. Creo que deberían explotar más las historias de los minion para futuras películas y olvidarse de Gru, que no da mucho más de sí.
Diario de una Cinéfila 